Muchas ópticas experimentan que están especialmente expuestas a robos y asaltos, ya que suelen tener puertas traseras vulnerables y ventanas amplias, que los delincuentes encuentran fáciles de derribar y acceder a la tienda. Además, el stock suele estar compuesto por gafas que van desde marcas baratas hasta valiosas gafas de diseño, que a menudo pueden revenderse fácilmente.
Un asalto no sólo supone la pérdida de existencias, sino también daños en el establecimiento y su interior. Estos daños pueden obligar a la óptica a cerrar mientras restaura las existencias perdidas, así como el exterior y el interior de la tienda. Este tiempo de inactividad puede suponer una pérdida de importantes ingresos, que son cruciales para el negocio.
A menudo, las medidas de seguridad tradicionales, como la vigilancia y las persianas enrollables, pueden hacer que los ladrones se replanteen sus acciones; sin embargo, a veces no son suficientes y deben tomarse otras medidas para asegurar el almacén adecuadamente.