En las instalaciones de producción, a menudo se almacenan materias primas costosas, que son fundamentales para las operaciones y la continuidad del negocio. Sin estas materias primas, el trabajo que se realiza en estas instalaciones no se puede llevar a cabo. Las materias primas suelen ser caras y lleva tiempo reemplazarlas, y su robo puede traer graves consecuencias para la empresa.
Los robos en estas instalaciones pueden provocar interrupciones operativas y retrasos en los pedidos que deberían terminarse a tiempo. Esto no solo es perjudicial por el aspecto económico de no poder trabajar, sino también por los plazos de entrega y, por lo tanto, por la reputación, que pueden resultar de estos retrasos.
Además, algunas de las formas en que las grandes instalaciones de producción se aseguran de tener un plan proactivo en caso de que ocurran acciones delictivas requieren supervisión humana, lo que puede resultar muy costoso debido a las horas de trabajo necesarias. Muchas también cuentan con soluciones de seguridad activa, como vigilancia y alarmas, que son excelentes métodos de seguridad; sin embargo, no siempre detendrán al ladrón como lo haría una solución proactiva.